Cómo surge Manada Personal
Antecedentes

Recordaréis el caso Vides contra mildius, que ocupó durante semanas y a lo largo de casi dos años, un lugar destacado en la prensa. Iban apareciendo noticias nuevas, juicios paralelos... Basilio Babirousa estaba desaparecido, en busca y captura. El juicio en España duró dos semanas en las que todos estuvimos pendientes del televisor. Finalmente, y cuando ya parecía que todo estaba olvidado, Basilio fue encontrado por el FBI en Austria y llevado a EEUU. Se pidió su extradición pero fue rechazada. Fue juzgado en EEUU según sus leyes. La gente hablaba en los bares, en el trabajo. Yo también estaba muy interesado por esta revolución que se había gestado nada menos que en mi ciudad, Barcelona. Y seguía todas las informaciones, debates... me parecía apasionante.
La crónica sobre los hechos, que encargó Basilio Babirousa a Enrique Eslava, estaba secuestrada por el juez de la Audiencia Nacional. En los medios de comunicación constantemente aparecían nuevos testigos, implicados, víctimas y acusados; con versiones de los hechos que se contradecían. Al parecer, la crónica, lo que hoy es Del sol y las gallinas, era el documento fundamental para sacar conclusiones certeras.
Estaban implicadas personas tan diversas que era imposible que el imaginario colectivo no se viera interesado por el caso: un payaso poeta; un notario revolucionario; un filósofo acusado de tortura; una asistenta del hogar, nacida en Cuba, sospechosa de asesinato; una diseñadora y estudiante de cine sospechosa de encubrimiento; una señora analfabeta en el umbral de la pobreza saliendo cada día en los medios llorando, jurando que ella no había hecho nada; un escritor revelación acusado de colaboracionista; un cirujano ucraniano que además era un eminente científico, pintor reputado en la antigua URSS, que estaba acusado de crímenes contra la humanidad; un joven místico aficionado al yoga y a la meditación que curaba con sus manos, inculpado de ser uno de los cerebros de la trama...
Todos ellos, implicados en una revolución político social, y sospechosos de terrorismo. No tardó el FBI en interesarse por el caso. Al final, toda la culpa recayó sobre Basilio Babirousa, hoy preso en Guantánamo. El revuelo que se armó fue mayúsculo. Basilio, vestido de naranja, ocupó todas las portadas.
La crónica sobre los hechos, que encargó Basilio Babirousa a Enrique Eslava, estaba secuestrada por el juez de la Audiencia Nacional. En los medios de comunicación constantemente aparecían nuevos testigos, implicados, víctimas y acusados; con versiones de los hechos que se contradecían. Al parecer, la crónica, lo que hoy es Del sol y las gallinas, era el documento fundamental para sacar conclusiones certeras.
Estaban implicadas personas tan diversas que era imposible que el imaginario colectivo no se viera interesado por el caso: un payaso poeta; un notario revolucionario; un filósofo acusado de tortura; una asistenta del hogar, nacida en Cuba, sospechosa de asesinato; una diseñadora y estudiante de cine sospechosa de encubrimiento; una señora analfabeta en el umbral de la pobreza saliendo cada día en los medios llorando, jurando que ella no había hecho nada; un escritor revelación acusado de colaboracionista; un cirujano ucraniano que además era un eminente científico, pintor reputado en la antigua URSS, que estaba acusado de crímenes contra la humanidad; un joven místico aficionado al yoga y a la meditación que curaba con sus manos, inculpado de ser uno de los cerebros de la trama...
Todos ellos, implicados en una revolución político social, y sospechosos de terrorismo. No tardó el FBI en interesarse por el caso. Al final, toda la culpa recayó sobre Basilio Babirousa, hoy preso en Guantánamo. El revuelo que se armó fue mayúsculo. Basilio, vestido de naranja, ocupó todas las portadas.
Cómo se gesta Manada Personal

Con el tiempo, un día estaba ojeando los correos electrónicos, en mi despacho del teatro, y ¡un amigo me enviaba un enlace donde podía descargarme Del sol y las gallinas! ¡La crónica completa!, duró en Wikileaks un abrir y cerrar de ojos, pero me dio tiempo a descargarla.
¡No olvidaré nunca cómo devoré aquel libro! Ahí estaba toda la trama. Me sorprendió la forma. ¿Cómo aquella tontería había desembocado en algo tan terrible? Algunos puntos no estaban respondidos del todo, pero se podían sacar conclusiones. Al acabar de leerla fantaseé con la idea de montar una editorial y publicarla, pero esta idea quedó dormida, olvidada, hasta que meses más tarde despertó del letargo y ahora ya se está haciendo realidad.
Mi cautivación por las personas implicadas aumentó y me vi empujado a buscarlos uno a uno, necesitaba conocerlos personalmente.
¡No olvidaré nunca cómo devoré aquel libro! Ahí estaba toda la trama. Me sorprendió la forma. ¿Cómo aquella tontería había desembocado en algo tan terrible? Algunos puntos no estaban respondidos del todo, pero se podían sacar conclusiones. Al acabar de leerla fantaseé con la idea de montar una editorial y publicarla, pero esta idea quedó dormida, olvidada, hasta que meses más tarde despertó del letargo y ahora ya se está haciendo realidad.
Mi cautivación por las personas implicadas aumentó y me vi empujado a buscarlos uno a uno, necesitaba conocerlos personalmente.
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Yo soy el del jersey negro, con gafas circulares.
Soy bastante cabezón y también un poco obsesivo. Enseguida me hice con direcciones, emails, facebooks, teléfonos. Mi mente intentó sabotearme. Una voz sarcástica se reía de mí, me decía que no me harían caso, que era una tontería ir en busca de ellos, querer conocerles. Pero lo hice, menos a Basilio, claro. Y llegué a comprender que aquellas personas que había visto mil veces en los periódicos, en televisión, para mí eran más unos personajes de ficción que reales. Nunca olvidaré la primera vez que hablé con David, con mi ahora amigo David Diamantine. Llamé por teléfono a su piso de Barcelona, respondió Valeria, qué mujer tan maravillosa. Mientras fue a buscarle para que me atendiera pasaron varios minutos. Me dio tiempo de recordar muchos de los pasajes terribles que habían ocurrido en ese mismo piso, de darme cuenta de que en cualquier momento iba a hablar con un hombre que me cohibía por su cultura, por su extenso pensamiento, ¡y eso que yo no me quedo a la zaga! Estuve a punto de colgar. Me sudaban las manos. Les comenté uno a uno que había podido leer Del sol y las gallinas, y que quería verles personalmente. Quedé impresionado con Tomasa Tajuña, una joya en todos los aspectos. En realidad sentí una gran hermandad con todos ellos, todos muy diferentes, sin duda; pero enseguida pudimos hablar normalmente, sin el boato que se acostumbra. Yo pensaba que muchos de ellos o quizás todos, serían reacios a verme, que me interrogarían con recelo para saber mis últimas intenciones. No fue así, me recibieron con generosidad, y enseguida congeniamos. Fue extraño para mí el contrastar mi propia experiencia, al conocerlos, con la imagen que me hice de ellos tras sus apariciones en los medios y aquello que leí en la crónica. Supongo que todo ser humano es la suma de mil prismas.
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Diseño descartado de Manada Personal. Sandra Sartal.
Una vez que los conocí, había seguido viendo a David y a Tomasa, con los que había iniciado una amistad, pero me sentía extraño, cómo si faltara algo. El sentido último no era conocerles, aquello debía continuar. Tras el aluvión de pensamientos continuados durante semanas, de sensaciones, mi mente dio un giro. Oí un chasquido en mi cerebro. Percibí que todos ellos eran muy creativos, todos habían sido actores amateurs y habían cultivado algún arte. Todos y cada uno de ellos me había propuesto, algunos con más insistencia que otros, trabajar en mi teatro. Y lo vi claro, tenían que formar un movimiento artístico y yo debía convencerles y darles facilidades.
Algunos estuvieron encantados desde el primer momento con la idea de crear un movimiento artístico, a otros les costó más decidirse. Nos fuimos reuniendo con asiduidad para concretar los pasos a seguir, para elaborar un plan, crear un estatuto, un decálogo.
Decidimos crear nuestra propia plataforma para no depender de terceros: una editorial, una galería, una productora audiovisual y una revista digital; e incluir, por supuesto, Ababol Teatro y sus instalaciones en el movimiento.
Muchos de ustedes pensarán que es una maniobra comercial, que nos estamos aprovechando de la repercusión que tuvo el caso Mides contra mildius, pero si piensan así se equivocan totalmente. Yo, de momento, lo único que he hecho es invertir más dinero del que tengo. Ojalá salga bien y acabemos todos ricos y famosos, pero no es ese el principal motivo que nos mueve.
Para conocer el estatuto, el decálogo y nuestras intenciones, vayan a:
Ermenegildo Múgica Sonetto